«Quien sólo conoce una, no conoce bien ninguna». Es una frase de Max Müller referida a la religión. Uno puede conocer bien, incluso muy bien, su religión; pero si ello no va acompañado del conocimiento cercano de alguna otra religión -o religiones-, seguramente no entiende bien tampoco su religión. La religión es una materia muy especial, muy personal también, y si uno sólo conoce la propia, no puede verla como desde fuera, desde el espejo de otra religión.
Un elemento importante, muy importante, de nuestra religión, es la Navidad, con todos los elementos teológicos y doctrinales que se implican en ella. Un brevísimo estudio de Marià CORBÍ sobre las numerosas narraciones de natividades milagrosas –la nuestra no es única, en absoluto– nos abre la visión a un horizonte muy interesante. Da que pensar y reflexionar.
(servicioskoinonia.org/relat/381.htm)
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